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7 de diciembre de 2015

Introducción a Rompiendo códigos. Vida y legado de Turing

Vamos a realizar una breve introducción al libro Rompiendo códigos. Vida y legado de Turing de los autores Manuel de León y Ágata Timón. 

Con la introducción, se pretende "trazar la vida del matemático británico Alan Mathison Turing" y "repasar sus logros más importantes." ¿Quién fue Alan Mathison Turing? ¿Cuáles fueron sus contribuciones a la ciencia? Más conocido como Alan Turing fue uno de los grandes matemáticos del siglo XX. Un "hombre del renacimiento" que se interesaba por todo lo que le rodeaba, "cambiando de temas y disciplinas con frecuencia." Fue un personaje decisivo en la Segunda Guerra Mundial, gracias a su trabajo como criptógrafo que aceleró el final del conflicto, al vulnerar las comunicaciones alemanas rompiendo los códigos de las máquinas Enigma, dando un golpe decisivo al exército nazi. De ahí, el nombre del libro: Rompiendo códigos. Vida y legado de Turing. Además, de su perfil como criptógrafo en la Segunda Guerra Mundial, no debemos olvidarnos de la figura de Alan Turing como genio matemático, sus contribuciones en el ámbito teórico de las matemáticas- el problema de la decibilidad o Entscheldungsproblem- y cómo buscando su solución diseñó la máquina universal de Turing, contribuyendo así, al nacimiento y a la fundamentación de las Ciencias de la Computación, y el desarrollo de aplicaciones en el ámbito práctico de las matemáticas como el desarrollo de los fundamentos de la morfogénesis - hoy en día, biología del desarrollo-. Pero, sin duda, la gran contribución de Alan Turing para la posteridad fue la introducción de los conceptos esenciales de la Inteligencia Artificial, es decir, el diseño de máquinas que piensen así como el famoso Test de Turing.
Alan Turing Rompiendo códigos

6 de diciembre de 2015

Presentación de Rompiendo códigos. Vida y legado de Turing.

Rompiendo códigos. Vida y legado de Turing de Manuel de León y Ágata Timón nos invita a adentrarnos en la vida y en el legado de uno de los matemáticos más celebres y brillantes del siglo XX. Aborda tanto la dimensión biográfica del matemático como sus aportaciones más significativas y trascendentales en diferentes disciplinas científicas como las ciencias de la computación, las matemáticas, la Inteligencia Artificial y la morfogénesis-o biología matemática- presentándolo y exponiéndolo de una forma amena y fácil de comprender para cualquier público.

Rompiendo códigos. Vida y legado de Turing es un libro excelente para introducirse en la vida y en el legado científico de uno de los genios de las matemáticas del siglo XX. El libro traza la vida de Alan Turing, desde la infancia hasta su muerte prematura a los 40 años, así como, su legado intelectual en numerosas disciplinas científicas. Aportaciones fundamentales en las ciencias de la computación- su famosa máquina de Turing-; su colaboración activa en las labores de desencriptación de las comunicaciones nazis, rompiendo los códigos de las máquinas Enigma; sus ideas pioneras  en la elaboración de las bases de la inteligencia artificial, construyendo los primeros ordenadores, y el inicio de sus investigaciones inconclusas sobre la morfogénesis- o biología matemática-.



20 de agosto de 2015

Experiencias piloto con un sistema monetario libre de interés

Las aplicaciones concretas de hoy son los embriones de una nueva economía es el séptimo capítulo del libro Dinero sin inflación ni tasas de interés de Margrit Kennedy. En este capítulo del libro, vamos a concretar qué experiencias piloto con un sistema monetario libre de interés se han llevado a la práctica en diferentes países y qué ventajas y desventajas existen en los sistemas monetarios libres de interés.

Se han desarrollado diferentes modelos de ahorro y préstamo, por un lado, y de intercambio de bienes y servicios, por otro lado, y en cuanto a su campo de acción, local o nacional. A nivel local, encontramos el Sistema Canadiense LET, que hemos mencionado en el capítulo anterior del libro, ofrece un medio de cambio libre de interés para grupos, comunidades, pueblos o suburbios con un mínimo de 20 y un máximo de 5.000 miembros. El WIR-Wirstschaftsring en Suiza es un sistema de cuentas para el intercambio de bienes y servicios de empresas pequeñas y medianas. A nivel nacional, encontramos a los bancos cooperativos J.A.K. en Dinamarca y Suecia donde se provee de un sistema de ahorro y préstamo sin intereses a nivel nacional, en condiciones mejores de lo que ofrecen los bancos comerciales. Las experiencias piloto, mencionadas con anterioridad, ponen de manifiesto que es posible llevar a la práctica un sistema monetario libre de intereses.

Expongamos las diferentes experiencias piloto que hemos mencionado con anterioridad. Empecemos con el sistema LET. El sistema LET surgió en Canadá en los años 80. Concretamente, en Comox Valley en la isla Vancouver, en la Colombia Británica. Hoy en día, se ha extendido a otros países. La filosofía del Sistema LET es la siguiente: "En cada pueblo, ciudad o región hay personas con capacidades y recursos que no se aprovechan en el sistema económico establecido, pese a existir demanda de ellos. Una red de intercambios da a las personas la posibilidad de compartir sus competencias respectivas y enriquece la vida de la comunidad sin recurrir al sistema monetario vigente." La unidad de pago en el Sistema LET es el "dólar verde" que posee igual valor que el dólar canadiense normal. En el Sistema LET, no se abonan intereses por créditos ni débitos. Dado que el valor del dólar verde es igual al del dólar canadiense, la inflación actúa como un sistema de control de la circulación del dinero porque los créditos se devalúan a medida que se incrementa la inflación. Desde el punto jurídico, el sistema LET no interfiere con la autoridad del sistema legal vigente en los países ni con el monopolio del Estado para acuñar moneda. El sistema LET constituye una respuesta local respecto a las multinacionales y al Estado. El sistema LET es inmune a las recesiones o al interés sobre la deuda. El sistema monetario puede derrumbarse que no pierde su valor. Su fuerza radica en que no puede utilizarse con fines especulativos o enriquecimiento injustificado. El potencial de crecimiento del sistema LET depende del número de transacciones que el sistema puede absorber. Además, el origen de los "dólares verdes" es absolutamente descentralizado.

En Suiza, se ha desarrollado una red de intercambio de bienes y servicios denominada WIR. Se creó en los años 30 por simpatizantes del sistema monetario libre de intereses. El WIR tiene una oficina central que administra "un sistema de cuentas sin dinero en efectivo, no se autorizan retiros de depósitos líquidos y, por consiguiente, los créditos no se gravan con intereses." El WIR es un sistema de apoyo a las pequeñas y medianas empresas. El ahorro no genera intereses y los préstamos están sujetos a una tasa mínima.  La moneda se "crea" cuando tiene lugar una transacción. A pesar del éxito, este sistema de intercambio cooperativo no se ha repetido en ningún otro país de Europa.

Los bancos cooperativos JAK nacieron en los años 30 en Dinamarca cuando la mayoría de los granjeros daneses estaban fuertemente endeudados y no podían mantener la propiedad de sus bienes. Conjuntamente, con comerciantes y empresarios de pequeñas y medianas empresas desarrollaron su propio sistema bancario y su propia moneda libre de interés. Posteriormente, saltó la experiencia a Suecia. Hoy en día, los bancos cooperativos JAK en Dinamarca y Suecia funcionan ofreciendo préstamos sin interés. El objetivo de la banca cooperativa JAK es hacer innecesario el interés con la finalidad de hacer posible la coexistencia de la economía con la naturaleza, sin inflación ni desempleo.

Por último, vamos a exponer qué ventajas y desventajas podemos encontrar en los sistemas monetarios libre de interés. En primer lugar, todas estas experiencias piloto basadas en un sistema monetario libre de interés son "embriones de una nueva economía." Los sistemas de trueque e intercambio permiten un volumen de comercio adicional que no sería posible dentro del sistema monetario actual. Los sistemas de intercambio libre de interés recompensan a aquéllos que intercambian bienes y servicios con dinero libre de interés y castigan a los que inmovilizan su dinero. Ya que no produce beneficios guardar "los dólares verdes o WIR inmovilizando una cuenta, pues no se obtendrán intereses por ellos." En segundo lugar, la experiencia demuestra que es peligroso incurrir en excesivos préstamos así como en mantener un exceso de depósitos. Para impedirlo, se debería equilibrar los préstamos, en el primer caso, e introducir una tasa por dinero inmovilizado, en el segundo caso. Por consiguiente, el intercambio debería estar conectado a un servicio bancario. En tercer lugar, la retribución económica del ahorrador "no sería de dinero suplementario ni de intereses" sino conservar su dinero sin pérdidas en su cuenta de ahorro. Una tasa por dinero inmovilizado para la circulación del dinero provee al sistema monetario libre de interés "de un ímpetu semejante al del interés." Con ello, se evitaría "los múltiples reembolsos de intereses y, con ellos, el crecimiento malsano del sistema económico y las ventajas unilaterales que proporcionan a los prestamistes." En cuarto lugar, la combinación de redes de intercambio como el sistema LET o el WIR con una banca cooperativa como la JAK, basada en una tasa por dinero inmovilizado o un incentivo a la circulación del dinero y a las transacciones, no existe en la actualidad. Se podría crear combinando estos dos sistemas- el de intercambio-sistema LET o WIR y el de ahorro y préstamo-banca cooperativa JAK. Entonces, se crearía un sistema monetario libre de intereses que ofrecería las prestaciones del sistema monetario actual: intercambio, préstamo y ahorro. Y, por último, las diferentes experiencias piloto de los sistemas monetarios libres de interés, que hemos expuesto, han ayudado a comprender cómo funciona el dinero. No obstante, no han podido resolver los problemas fundamentales del sistema monetario actual.
sistema monetario libre de interés





14 de agosto de 2015

Contribuyendo a la etapa de transición hacia un sistema monetario libre de interés

Cómo contribuir a la tapa de transición es el sexto capítulo del libro Dinero sin inflación ni tasas de interés de Margrit Kennedy. 

Para que se produzca una transformación del sistema monetario actual es imprescindible comprender que existe un problema y que existe una solución al mismo. El primer paso consiste en estar informado sobre cómo funciona el interés y el interés compuesto. El paso siguiente radica en discutir la solución y sus implicaciones. Uno de los problemas que debemos afrontar es "el bloqueo mental creado por la educación y los sistemas de creencias reduccionistas" sobre la naturaleza del dinero y cómo debería funcionar. Tomar conciencia que el dinero es un elemento esencial en la vida de las personas: "La generosidad o la codicia, la apertura o el aislamiento, la calidez o la frialdad se refleja en su actitud frente al dinero." Debemos explicar la forma en que el interés lleva a la concentración de la riqueza. También, que la reforma monetaria en sí no solucionará de golpe todos los problemas.

Un requisito básico, para instaurar un sistema monetario libre de interés, es implantar experimentos piloto en algunos sitios, y así conocer, de primera mano, los efectos del cambio si se aplicará a una mayor escala. Los que quisieran implantar las experiencias piloto deberían coordinar sus acciones para mejorar los resultados. Donde se implantara, debería existir un alto nivel de autonomía donde bienes y servicios se hallasen "a disposición en el área en que se efectúa el experimento." Otra alternativa sería aplicarlo en regiones o países en crisis, creando una dinámica que favorezca una economía más diversificada y estable gracias a la introducción de este nuevo sistema monetario. En situaciones poco favorables, la población es más favorable a los cambios, sobre todo si tienen que ganar y nada que perder en este cambio de sistema monetario.

Una experiencia piloto de un sistema de intercambio de bienes y servicios libre de interés es el sistema LET- Local Exchange Trading- desarrollado en la isla de Vancouver, Canadá. ¿En qué consiste el sistema LET? El sistema LET "opera simplemente como un sistema de cuentas en dólares verdes, no gravados con tasa alguna por el dinero mismo sino con una tasa reducida por transacción. Las personas definen conjuntamente el precio en dólares "verdes" o en dólares "normales" de cada producto que adquieren o venden." Los límites de la deuda pueden determinarse desde el principio y modificarse en caso de necesidad, a fin de minimizar los riesgos. El LET tiene sus puntos oscuros. Funciona bien al comienzo, pero también ha habido problemas o colapsos motivados por grandes excedentes o grandes defícits. Esto se debe a que sin tasas de circulación no hay incentivos para reciclar el dinero.

Por último, cada uno de nosotros puede dar un paso favorable al nuevo sistema monetario, invirtiendo nuestros ahorros de forma ética. Apostar en las inversiones éticas puede ser un revulsivo para la sociedad y para el medio ambiente.

Reforma sistema monetario libre de interés

10 de agosto de 2015

Una propuesta de reforma monetaria: cómo llevarla a cabo.

La reforma monetaria en el contexto de la transformación global: un ejemplo de cómo llevar adelante el cambio es el quinto capítulo del libro Dinero sin inflación ni tasas de interés de Margrit Kennedy. En este capítulo del libro, se plantea básicamente un ejemplo de reforma del sistema monetario. 

Antes de proponer cualquier reforma del sistema monetario, la población debe entender que es preciso limitar el dinero a sus funciones básicas "de medio de cambio, escala de los precios y criterio constante de valor." Si se acepta, cualquier Banco Central puede recurrir a una tasa de estacionamiento- o tasa por dinero inmovilizado- antes que al sistema de tasas de interés para asegurar la circulación del dinero. 

Como método capaz de asegurar la circulación del dinero, la tasa por dinero inmovilizado, haría posible todas las transacciones económicas. Si se dispusiese de suficiente dinero, no sería necesario poner más dinero en circulación. En este caso, el crecimiento de dinero disponible iría parejo al crecimiento de la economía, y seguiría, una curva de crecimiento natural. Si una persona poseyerá más dinero del que necesitará, pagaría un impuesto "a la suma colocada en el banco." Según fuese la duración del depósito, el impuesto sobre el dinero inmovilizado, disminuiría o se cancelaría. Los depósitos a lo largo plazo no estarían gravados. En el nuevo sistema monetario, la acumulación de dinero podría evitarse más fácilmente "adhiriendo un sello fiscal al dorso de los billetes de banco, como sucedió en Wörgl." Al respecto, podría crearse un sistema parecido al sistema de loterías "que permitiese asegurar la circulación monetaria retirando determinada denominación de los billetes." Otra opción consistiría en "cambiar los billetes perimidos en el banco o el correo, gravando las operaciones de cambio con una tasa." Puesto que a nadie le gusta pagar tasas, todos limitarían el uso de dinero en efectivo a la cantidad necesaria y depositarían el excedente en cuentas bancarias. Bajo el nuevo sistema monetario, los bancos estarían sujetos a la obligación de asegurar la circulación del dinero haciéndolo llegar a aquellas personas que lo necesitan. Al beneficiarse con un crédito, las personas no pagarían intereses sino únicamente los costos bancarios y seguros de riesgo comparables a los que se incluyen en todo préstamo bancario.
Una propuesta de reforma monetaria

8 de agosto de 2015

Algunas lecciones de historia sobre el dinero

Algunas lecciones de historia es el cuarto capítulo del libro Dinero sin inflación ni tasas de interés de Margrit Kennedy. En este capítulo, resume muy brevemente la historia del sistema monetario, centrándose en dos momentos históricos: la Edad Media en Europa durante los siglos XII y XV donde regía un sistema monetario denominado Brakteaten y la República de Weimar y el patrón oro en los años 20 e inicios de los años 30 antes de la llegada de los nazis al poder.

Nuestro sistema monetario tiene más de 2.000 años de antigüedad. El oro ha sido el medio de cambio por excelencia hasta su substitución por el papel moneda. Silvio Gesell defendió la abolición del patrón oro porque consideraba que era perjudicial para un sistema monetario eficiente basado en el dinero libre de intereses. No obstante, Silvio Gesell se olvidó de hacer hincapié en la sustitución del interés por una tasa de circulación.

Dos momentos históricos donde se percibe la dificultad del sistema monetario:
El primero hace referencia al sistema monetario denominado Brakteaten que se desarrolló en Europa entre el siglo XII al XV. ¿En qué consistía? "Acuñada por diversas ciudades, obispos y soberanos, esta moneda no sólo contribuía al intercambio de bienes y servicios sino que proporcionaba un medio para recaudar impuestos. Todos los años, estas delgadas piezas de oro y plata se retiraban de circulación, se volvían a acuñar de una a tres veces y, en el proceso, se devaluaban aproximadamente en un 25%." Dado que las personas no deseaban conservar este dinero lo invertían en aquello que "prometiese conservar o aumentar su valor." En este período histórico, se crearon numerosas obras de arte en gran medida porque no se acumulaba riqueza sino que se creaba. Sin embargo, no todo era de color de rosa: "las personas sentían desagrado por este dinero, que se desvalorizaba a intervalos regulares." A finales del siglo XV, se acabó. Se reintroducijó el interés y con él, la acumulación de riqueza en pocas manos. La lección que deberíamos aprender en relación a este sistema monetario- Brakteaten-, que estuvo en funcionamiento durante ese período de la Edad Media, es que los impuestos deberían recaudarse por separado, sin conexión con la tasa de circulación del dinero.
El segundo hace referencia a la experiencia monetaria de la República de Weimar en Alemania. Durante la República, el presidente del Banco Central de Alemania propuso la creación de una moneda "honesta" lo que supuso el retorno al patrón oro. Como no pudo adquirir suficiente oro en el mercado mundial en función del dinero en circulación, comenzó a reducir éste último. La escasez de dinero en circulación condujo al aumento de las tasas de interés, "lo cual redujo los incentivos y posibilidades de inversiones y obligó a muchas empresas a declararse en bancarrota." El resultado fue el aumento del desempleo y el surgimiento, y, posterior ascenso del nazismo en Alemania. Visto con perspectiva histórica estos hechos, el Banco Central de Alemania, emitió una cantidad limitada de dinero que fue a parar a particulares y no a toda la sociedad alemana.

historia sobre el dinero

5 de agosto de 2015

¿Quién se beneficiará de un sistema monetario con una moneda libre de interés y sin inflación?

¿Quién se beneficiará con un nuevo sistema monetario? es el título del tercer capítulo del libro Dinero sin inflación y tasas de interés de Margrit Kennedy. 

El cambio del sistema monetario, que hemos descrito en el capítulo anterior del libro, puede producirse, según Margrit Kennedy, por una, por todas o por una combinación de razones, a saber: 
  1. La acumulación de riqueza era frenada por guerras, revoluciones y/o colapsos económicos. 
  2. El colapso del sistema financiero.
  3. La existencia de una curva exponencial de crecimiento económico lleva al colapso. 

No obstante, en este proceso de cambio de sistema monetario "no es tanto que no vemos las ventajas que nos proporcionaría" cómo hacerlo para lograr este cambio "a partir de la posición en la que nos encontramos." Para visualizar el cambio de sistema monetario, vamos a detenernos primeramente en las ventajas del nuevo sistema monetario y posteriormente en los fallos del sistema monetario actual. 

¿Cuáles son los beneficios del nuevo sistema monetario? Los beneficios son:
  1. Eliminación de la inflación.
  2. Mayor equidad social.
  3. Descenso del desempleo.
  4. Disminución de los precios.
  5. Auge inicial económico.
  6. Economía estable.
¿Cuáles son los fallos del actual sistema monetario? El monopolio de la impresión del dinero lo tiene el Gobierno. Para introducir cualquier nuevo sistema monetario debe ser apoyado por el propio Gobierno. La introducción de una moneda libre de interés y sin inflación tiene dificultades. En primer lugar, el Gobierno tiene que reconocer que el sistema monetario actual es poco equitativo. Por otra parte, es difícil hacer entender por qué es más conveniente incorporar una "tasa por uso" sobre el dinero que continuar con el mecanismo de los intereses. En segundo lugar, los gobiernos actúan sobre los síntomas de los fallos del sistema monetario actual, aplicando soluciones de emergencia, pero no, actuando sobre las causas. Esta situación empeora cuando nos acercamos a la fase de aceleración de la curva de crecimiento exponencial del sistema monetario actual. En tercer lugar, en la actual economía, si perjudicamos a un sector de la economía, "provocaremos desórdenes no sólo en dicho sector sino en los demás." Si aumentamos las deudas e intereses del Gobierno, una mayor cantidad de dinero irá a parar a manos de los ricos. Al mismo tiempo, los trabajadores tendrán menos dinero a su disposición para consumir, incidiendo finalmente en el trabajo. En el nuevo sistema monetario, con una moneda libre de interés, contribuiría a reducir el aumento de la deuda y la concentración de la riqueza, a su vez, aseguraría el intercambio de bienes y servicios en el marco de una economía de mercado. En cuarto lugar, los países del Tercer Mundo se llevan la peor parte de nuestro sistema monetario. Fuertemente endeudadas, se ven obligadas a vender sus materias primas para hacer frente a sus deudas. Sus recursos no son utilizados para el desarrollo de sus países sino para hacer frente a las obligaciones financieras frente a los acreedores extranjeros. Este círculo vicioso impide la salida de la pobreza de esos países. En cuarto lugar, los que operan con el sistema monetario actual "saben que no puede durar, pero ignoran la existencia de una alternativa posible o se resisten a ella." Los bancos han ganado una parte de la riqueza nacional, en parte por las bajas tasas de interés, que ofrecen mayores beneficios a los bancos, pero, al mismo tiempo, a una mayor especulación con el dinero. Los bancos no están interesados en debatir cómo funciona el sistema monetario ni las tasas de interés. Apoyar un sistema monetario libre de intereses "estarían yendo a la raíz de uno de los problemas económicos más acuciantes del mundo" y cuestionaría el papel central del interés en el sistema monetario.

¿Cuáles serán las ventajas de las que se beneficiará el país o región que introduzca este nuevo sistema monetario basado en una moneda libre de interés? El país/región que introduzca esta reforma monetaria vería un aumento de su riqueza y bienestar, de una mayor justicia social y de una mayor protección del medio ambiente. La posibilidad de invertir y de producir sin tener que pagar intereses no sólo haría descender los precios de los bienes y servicios de los países o regiones, que introdujeran el nuevo sistema monetario, sino que crearía una enorme ventaja para sus industrias y productos que ahora compiten en el mercado internacional. Los bienes y servicios podrían venderse a precios más bajos. Llevaría a un auge económico a los países/regiones que fueran los primeros en introducir el dinero libre de intereses. Este cambio de sistema monetario no pondría en peligro el medio ambiente: "Muchos productos y servicios que actualmente no pueden competir en el mercado de dinero súbitamente viables. Entre éstos se encontrarían muchos productos ecológicos, proyectos sociales y emprendimiento artísticos." La diversificación de la economía beneficiaría al medio ambiente. Con el florecimiento de la economía, se reduciría el desempleo y se frenaría el aumento de los impuestos. Como ocurrió en el caso de la ciudad austríaca de Wörgl, que hemos comentado en el capítulo anterior del libro, sería posible que coexistiesen dos tipos diferentes de sistemas monetarios. Se podría conservar el sistema monetario actual e introducir el nuevo. De esta manera, "la moneda nueva se usará lo más posible, que es exactamente lo que pretendemos. La moneda vieja se conservará y utilizará en la medida en que sea necesario."

En el nuevo sistema monetario habrá numerosos colectivos que se beneficiarán de su implantación:
Los ricos serían el primer colectivo que se beneficiaría del cambio de sistema monetario. Los ricos se benefician del actual mecanismo de la redistribución de la riqueza del sistema monetario.
"¿Permitirá el 10% de la población que se beneficia actualmente con dicho mecanismo que se introduzca la menor modificación que elimine sus posibilidades de percibir ingresos sin trabajar, sustrayéndolos a la gran mayoría de la gente?" La respuesta es que lo harán si "toma conciencia de que la "rama sobre la que está sentado crece en un árbol enfermo" y que existe un "árbol sano alternativo" que no se derrumbará tarde o temprano como áquel." El cambio a un nuevo sistema monetario libre de interés implicaría una "evolución social" y, en estas circunstancias, los ricos dejarían de ganar dinero que se genera de los intereses, pero a cambio habría "una moneda estable, precios y posiblemente impuestos más reducidos." Preferirán privilegiar la seguridad por encima de su patrimonio, ya que "tendrán suficientemente para sí mismos." En el nuevo sistema monetario se eliminarán los intereses y la inflación, lo que supondrá una reducción de los precios de todos los bienes y servicios como también de los impuestos. En definitiva, quién puede vivir de su propio capital también lo estará con el cambio de sistema monetario.
Los pobres también se beneficiarían con un nuevo sistema monetario. Rompería con el sistema de redistribución de la riqueza que el sistema de interés consagra y que transfiere la riqueza de los pobres hacia los más ricos. La abolición de este sistema monetario y su substitución por otro, libre de interés, acabaría con la transferencia de riqueza de los pobres a los ricos. Y, se podría hacer frente a la pobreza y a las desigualdades.
Un tercer actor que se beneficiaría, sería el comercio y la industria. En una economía libre de intereses e inflación los precios de bienes y servicios estarían regulados por la oferta y la demanda: "Lo que desaparecería es la distorsión del mercado libre por el mecanismo de los intereses." Respecto al sector industrial, las empresas pequeñas o medianas no deberán endeudarse para poder expandirse y quedar atrapada en el sistema de intereses e intereses compuestos porque no pueden beneficiarse "con las economías de escala ni capitalizarse en base a sus propios capitales." En el nuevo sistema monetario, el capital tendrá la función de "subvenir a las necesidades de la economía." Deberá ponerse a nuestro servicio.
Los cuartos beneficiarios serán los agricultores. Los efectos del interés sobre la agricultura, constituye un buen argumento a favor del nuevo sistema monetario. La agricultura es una industria basada en la ecología. Los procesos ecológicos siguen una curva de crecimiento natural. Puesto que la naturaleza no puede aumentar como el capital, la industrialización de la agricultura ha creado numerosos problemas. La introducción de un sistema monetario libre de interés sería vital para la supervivencia de este sector: "Los préstamos libres de intereses, combinados con reformas agrarias e impositivas, daría posibilidad a gran número de personas de retornar a la vida rural."
Los quintos beneficiarios serían la ecología y el mundo artístico. El crecimiento económico actual sostenido a lo largo del tiempo revierte en agotamiento de los recursos naturales. En el sistema monetario actual, nos precipitamos hacia un colapso económico pero también ecológico. La concentración de capitales en pocas manos crea presiones a favor de inversiones de riesgo. En la medida que cualquier inversión, deba competir "con el poder que tiene el dinero de producir más dinero en el mercado de capitales, será difícil implementar la mayor parte de inversiones ecológicas en gran escala, cuyo fin es instaurar una economía nacionalizada." Si se aboliese el interés, cualquier "inversión ecológica" no supondría ningún endeudamiento. El cambio del sistema monetario ofrecería una motivación para la protección del medio ambiente y la promoción de energías renovables. Ya no haría falta que el capital estuviera un rendimiento elevado "para abonar los intereses, se reduciría considerablemente" la sobreproducción y el exceso de consumo. Disminuiría los precios. La gente podría escoger entre dejar su dinero en su cuenta de ahorro o invertirlo en otros fines como la cultura o el medio ambiente. De este modo, "el arte y la ecología no tardarían en volverse económicamente viables." Actividades, que antes no resultaban rentables, ahora sí que lo serán.
Por último, las mujeres serían el último colectivo beneficiado por el nuevo sistema monetario. Las mujeres han protagonizado una lucha a favor de la igualdad de género. También, por la igualdad económica. Protagonizando un cambio en el sistema financiero en el que puede existir personas que puedan ganar dinero sin trabajar- gracias al interés y al interés compuesto- mientras que otros tienen que trabajar en su lugar. En muchos casos, una mujer. Las mujeres se llevan la peor parte del sistema monetario actual. La introducción de un sistema monetario libre de interés cambiaría sus vidas: "Por esta razón, pienso que un elevado porcentaje de mujeres abogará a favor de un medio de intercambio más equitativo. Ellas saben por experiencia lo que es la explotación. Con la instauración del nuevo sistema, es probable que se involucren más en actividades inversionistas y bancarias, pues comprenderán que se trata de hacer funcionar un sistema favorable a la vida, no destructivo como el actual." Habría un cambio en el concepto de poder. En la mujer, el poder es algo "vivido" y "compartido". Un sistema monetario que se expandiría para responder a las necesidades de las personas y se detendría cuando éstas hayan sido cubiertas.

sistema monetario libre de interés


28 de julio de 2015

Crear una moneda libre de inflación e intereses.

Crear una moneda libre de inflación e intereses es el segundo capítulo del libro Dinero sin inflación y tasas de interés. En él se expone, en primer lugar, qué es posible crear una moneda libre de interés gracias al trabajo pionero de Silvio Gesell. En segundo lugar, el proyecto piloto de la moneda libre de interés en Wörgl en Austria en los años 30. En tercer lugar, la propuesta de reforma monetaria de Yoshita Otani sobre una moneda libre de interés. En cuarto lugar, la necesidad de crear una reforma impositiva territorial para acabar con la especulación de la tierra. Y, en cuarto lugar, la necesidad de una reforma tributaria para preservar el medio ambiente. 

¿Es posible crear una moneda libre de inflación e intereses? El trabajo pionero de Silvio Gesell y los primeros experimentos pilotos en Austria demuestran que es posible y plausible la creación de una moneda libre de inflación e intereses. Empecemos. Silvio Gesell, a finales del siglo XIX, formuló una teoría del dinero y de un nuevo "orden económico natural." Silvio Gesell era un comerciante alemán que observó que "en ciertas ocasiones su mercadería se vendía bien, rápidamente y a buen precio y en otras con mayor lentitud y a bajo precio. Pronto entendió que estos aumentos y reducciones pocas veces tenían que ver con la demanda o la calidad de sus bienes." Descubrió que la gente compraba bienes y/o servicios cuando las tasas de interés eran bajas y no cuando eran altas. Por otro lado, la disponibilidad de dinero dependía de si los propietarios del dinero lo prestaban o no: "Si obtenían por su dinero menos del 2,5% de interés tendían a retenerlo. Si después de cierto tiempo la gente estaba dispuesta a pagar más interés por el dinero, quedaba nuevamente disponible." De esta manera, se originaba un nuevo ciclo económico donde las tasas de interés eran bajas. Según Silvio Gesell este fenómeno sucedía porque el dinero, a diferencia de los bienes y los servicios, se puede "retener sin costes." Para Gesell la solución pasaría por la creación de un sistema monetario en el que el dinero generara costes de mantenimiento, y, de esta manera, se liberará al dinero de la especulación. Gesell propuso un sistema monetario en el que el dinero "se oxidaba", es decir, que estaba sujeto a una "tasa de uso."

Silvio Gesell además añadió que hay que reemplazar el interés por la tasa de circulación. ¿En qué consiste? Como hemos visto anteriormente, Gesell formuló en 1890 la teoría del dinero y la teoría del "orden económico natural" en el que sugiere transformar el dinero en un servicio público sujeto a una tasa por uso. La idea central del pensamiento de Silvio Gesell era: "En lugar de pagar intereses a los que tienen más dinero del que necesitan y con el fin de mantener el dinero en circulación, todo el que posee un excedente en dinero deberá pagar una pequeña tasa si lo mantiene fuera de circulación. " Esta reforma resolvería los múltiples problemas causados por el interés e interés compuesto. Si bien, el interés es un beneficio privado, la tasa por uso del dinero se traduciría en beneficio público. El dinero de la tasa por uso deberá integrarse al flujo monetario para mantener un equilibrio entre el volumen de dinero y el volumen de "actividades económicas." La tasa representaría un ingreso para el Estado y mediante ella se reduciría los impuestos.

En los años 30, los seguidores de Silvio Gesell tuvieron la oportunidad de poner en práctica una moneda libre de interés. Una de las ciudades donde se llevó a cabo fue en Wörgl en Austria. Entre 1932 y 1933, se puso en marcha un intento de reforma monetaria. El alcalde de Wörgl pudo convencer a los comerciantes y a la administración  para que participirán en un "experimento monetario" basado en el libro El Orden económico natural de Silvio Gesell. ¿En qué consistió? "Los ciudadanos dieron su consentimiento y el concejo de la ciudad emitió 32.000 "chelines libres"- chelines libres de interés-, respaldados en el banco por el mismo monto en chelines austríacos ordinarios. La ciudad hizo construir puentes, mejoró la red callejera y los servicios públicos y pagó sueldos y material con esta moneda, aceptada por los comerciantes y empresarios de la ciudad." La tasa por utilización de los "chelines libres" era del 1% mensual y de un 12% anual. ¿Cómo funcionaba? "Debía pagarla el que poseyera el billete a fin de mes en forma de un sello fiscal por valor del 1% del billete, que se adhería al dorso del mismo. Sin este sello el billete no tenía validez." La tasa incitaba a los ciudadanos que poseían los chelines libres a gastarlo "lo más rápidamente posible antes de usar sus chelines ordinarios." Los ciudadanos de Wörgl pagaban sus impuestos con los "chelines libres" para evitar el pago de la tasa. En un plazo de un año, circularon 32.000 chelines libres 463 veces, creando bienes y servicios por un valor de 14.816.000 chelines. En cambio, el chelín ordinario no circuló más que 21 veces. La ciudad de Wörgl redujo el desempleo en un 25%. El dinero que obtuvieron de la recaudación municipal a través de los chelines libres lo utilizó para obras públicas. Cuando en Austria comenzaron a interesarse por el experimento de Wörgl, el Banco Nacional de Austria consideró que su monopolio corría peligro e inició una acción en contra del municipio y prohibió la emisión de los chelines libres de interés. La experiencia sobre una hipotética moneda libre de interés en Austria demuestra que la política es más importante que los aspectos técnicos de la implantación de una moneda libre de interés en el sistema monetario.

Una propuesta de reforma monetaria basada en una moneda libre de interés es la de Yoshita Otani. En la propuesta de Yoshita Otani es más fácil la imposición de una tasa por uso sobre una nueva moneda libre de interés. ¿En qué consistiría su propuesta? "Un 90% de lo que llamemos dinero son números en la computadora. De tal modo, cada uno de nosotros tendría dos cuentas bancarias: una corriente y una de ahorro. El dinero depositado en la cuenta corriente, siempre a disposición de su titular, sería tratado como efectivo y su valor podría disminuir en una proporción mínima del orden del 0,5% mensual o 6% anual." Cualquiera que tuviese en su cuenta corriente más "dinero nuevo" que el necesario para pagar los gastos mensuales, estaría tentado a transferirlo en una cuenta de ahorro. El banco, desde esta cuenta, estaría en condiciones de prestarlo sin intereses, "por lo cual dicha cuenta no sería recargada con tasas." De igual manera, el propietario del dinero nuevo no recibiría intereses sobre su cuenta de ahorro pero el dinero nuevo retendría su valor: "Desde el momento que el interés queda abolido, la inflación pierde su razón de ser." La persona que recibiera un crédito "no pagaría intereses, pero arriesgaría primas y costos bancarios comparables a los que incluye todo préstamo bancario." En la práctica, poco cambiaría. Los bancos operarían, concediendo préstamos porque estarían sujetos a la tasa por uso. Para equilibrar el crédito y el ahorro, "posiblemente los bancos se verían en la necesidad de pagar o recibir un interés reducido, según que dispusiesen o no de dinero nuevo en cantidad superior a la necesaria o tuviesen problemas de liquidez." Los intereses cumplirían una función de mecanismo regulador y no de redistribución de la riqueza. La base de la reforma se basaría en la adaptación del dinero en circulación con el dinero necesario para llevar todas las transacciones. Una vez que se hubiese creado suficiente cantidad de dinero para realizar todas las transacciones del banco no haría falta producir más dinero: "significa que el dinero nuevo seguiría una pauta de crecimiento físico natural y dejaría de atenerse a una pauta de crecimiento exponencial." Otro aspecto es incluir la prevención "de atesorar dinero en efectivo." Una solución pasaría por "imprimir billetes de diferentes colores, de manera que diversas series pudiesen retirarse de circulación una o dos veces por año sin previo aviso."

Si la reforma monetaria que hemos descrito, se implementará a gran escala, "tendría que ir acompañada de una reforma impositiva territorial." Sin ella, el dinero excedente se invertiría en especulación. Sin esta reforma tributaria, se podría poner peligro el medio ambiente. Dinero y tierra son indispensables para la vida. La tierra debería pertenecer a las comunidades y éstas deberían "arrendarlas a las personas que desee trabajarla." Había sido la tónica dominante hasta que en la Edad Media se introdujo el concepto de propiedad privada del Derecho Romano. La solución pasaría por combinar la "explotación privada" de la tierra con la "propiedad comunitaria." Significaría que las comunidades "deben comprar toda la tierra y arrendarla a sus habitantes." Otra posibilidad a largo plazo es imponer una tasa reducida- del 3% anual- sobre el valor de la tierra: "se pagará a la comunidad, que empleará el dinero recaudado para adquirir tierras que se ofrecen en el mercado. De esta manera, la comunidad podría tomar posesión de dichas tierras en poco más de 33 años." Otra alternativa consiste en dar a los propietarios la posibilidad de no pagar las tasas a condición de vender sus terrenos a la comunidad. El efecto inmediato de esta reforma impositiva territorial sería el fin de la especulación inmobiliaria. Haría que no se pagara el lucro que se genera con la especulación de la tierra.

Las reformas monetarias y territoriales requieren también de la introducción de dos cambios en el sistema de recaudación de tasas que tienen efectos devastadores sobre el medio ambiente:
1- "Sustituir el impuesto a las ganancias por un impuesto a los productos";
2- "Integrar al impuesto el producto los costos ecológicos estimados."
La aplicación de estos dos cambios no significaría que nuestro nivel de vida descendiera, "porque el aumento de precios de los productos se compensaría con un ingreso libre de impuestos." Este cambio crearía un cambio de actitudes de los consumidores respecto al medio ambiente. La gente pensaría dos veces antes de comprar cualquier producto nuevo si les resulta más económico repararlo, que comprarlo. Este cambio en el sistema tributario podría introducirse gradualmente. Además, "volvería obsoletos los numerosos conflictos ligados al medio ambiente, así como muchas "medidas de protección", y contribuiría a solucionar el problema del desempleo."

Dinero libre


23 de julio de 2015

Cuatro conceptos erróneos acerca del dinero.

Cuatro conceptos erróneos muy extendidos acerca del dinero es el primer capítulo del libro Dinero sin inflación ni tasas de interés. En este primer capítulo, Margrit Kennedy pone al descubierto cuatro falacias sobre el dinero, a saber: existe un único tipo de crecimiento, sólo se pagan intereses si solicitas un préstamo, las tasas de interés afecta a todos por igual y la inflación forma parte de una economía de mercado libre. 

La mayoría de la gente no entendemos cómo funciona el dinero y de qué manera nos afecta a nuestras vidas. ¿Qué es el dinero? El dinero es un medio que facilita el intercambio de bienes y servicios y permite superar los límites del trueque, es decir, del intercambio directo de bienes y servicios. El dinero posibilita la especialización del trabajo. Entonces, ¿por qué tenemos problemas con el dinero? El dinero, como hemos dicho antes, permite el intercambio de bienes y servicios, pero, al mismo tiempo, quiénes tienen más dinero pueden trabar ese intercambio. Este hecho, como comenta Margrit Kennedy, "hace que los que poseen menos del necesario deban pagar tributo a los que poseen más del necesario." Es, a todas luces, un trato injusto.

Existen cuatro conceptos erróneos sobre el dinero. Estos conceptos erróneos impiden un cambio del sistema monetario y qué mecanismos son necesarios para reemplazarlo.¿Cuáles son los conceptos erróneos?
1- Existe un único tipo de crecimiento.
2- Sólo se pagan intereses en caso de solicitar un préstamo en dinero.
3- Bajo el sistema monetario actual todos son afectados en igual medida por las tasas de interés.
4- La inflación es parte integral de la economía libre de mercado.

El primer concepto erróneo sobre el dinero se refiere al crecimiento. Tendemos a creer que existe un único tipo de crecimiento: "el que observamos en la naturaleza y experimentamos en nosotros mismos." Sin embargo, existen tres tipos de crecimiento. El primero, es el crecimiento natural que observamos en la naturaleza. El segundo, es el crecimiento lineal que experimentan las máquinas o las fuentes de energía. El tercero, es el crecimiento exponencial. Se puede describir en oposición al crecimiento natural. En el crecimiento exponencial, el crecimiento "es muy lento al principio, se acelera en forma continua y llega a una fase de crecimiento casi vertical." En la naturaleza, se observa este crecimiento en caso de enfermedad o muerte. En el mundo natural, el crecimiento exponencial termina con la muerte del organismo. Si trasladamos el crecimiento exponencial a los intereses observamos que el dinero se duplica a intervalos regulares. Esto explicaría por qué tenemos problemas con el actual sistema monetario. De hecho, "los intereses actúan como un cáncer sobre nuestra estructura social." La solución a los problemas ocasionados por el crecimiento exponencial consiste en crear un sistema monetario que responda a un crecimiento natural. Esto significa reemplazar los intereses por otro mecanismo que permite mantener el dinero en circulación.

Otra razón por la que es difícil de captar el impacto de los intereses en nuestro sistema monetario es porque funciona "de manera encubierta". Esto se debe al segundo concepto erróneo sobre el dinero "según el cual suponemos que sólo pagamos intereses cuando requerimos un préstamo en dinero y que para evitar el pago de intereses lo único que debemos hacer es no solicitarlo." Esta suposición es falsa. Los intereses están incluidos en el precio que pagamos por los bienes o servicios: "el monto exacto varía conforme a la relación entre el coste de capital y el del trabajo de los bienes y servicios que adquirimos." Por lo tanto, si pudiéramos abolir las tasas de interés y reemplazarlas por otro mecanismo capaz de asegurar la circulación del dinero, "la mayoría podría poseer el doble de riqueza o trabajar la mitad del tiempo que trabajamos, conservando nuestro nivel de vida actual."

El tercer concepto erróneo sobre el dinero podríamos formularlo así: "como todos tienen que pagar intereses al solicitar un préstamos o adquirir bienes y servicios y como todos obtienen intereses al ahorrar dinero, todos se benefician por igual con el sistema monetario actual." No es del todo cierto. En realidad, existe una gran diferencia entre quienes se benefician del sistema monetario actual y los que deben pagar. Nuestro sistema monetario opera un mecanismo de redistribución que transfiere el dinero "de los que tienen menos a los que tienen más del que necesitan." Cantidades cada vez mayores de dinero se concentran en menos manos. El mecanismo del interés compuesto no sólo impulsa el crecimiento económico exponencial sino que va contra los derechos de los ciudadanos de la mayoría de los países. Un sistema donde el 10% de la población recibe "mas de lo que lo que paga por dicho servicio a expensas del 80% que recibe menos de lo que paga." El cambio en el sistema monetario beneficiaría a todos.

El cuarto concepto erróneo sobre el dinero es el papel que cumple la inflación en el sistema económico. La mayoría de la gente contempla la inflación como parte integrante del sistema monetario  porque no existe ningún país capitalista con una economía libre de mercado sin inflación. La inflación es "otra forma de tributación, que posibilita a los gobiernos paliar los problemas más graves provocados por  el incremento de sus deudas." Al permitir a los bancos centrales emitir dinero, los gobiernos logran reducir sus deudas. Cuando se produce una devaluación golpea más fuerte al 80% de la población, que suele pagar más de lo que recibe, en beneficio del otro 20%. La inflación se vincula con los pagos de interés originados en la expansión crediticia de un país. La razón de esta política inflacionista se debe a "que la única manera en que el grueso de la población puede soportar un crecimiento económico siga la curva de crecimiento exponencial del dinero." Es imprescindible reemplazar la inflación por otro mecanismo más idóneo para mantener la circulación monetaria.

Margrit Kennedy

20 de julio de 2015

Introducción al libro Dinero sin inflación ni tasas de interés

 ¿Cuál es el propósito del libro? "Este libro trata del funcionamiento del dinero." En él, habla sobre los cambios que afectan al dinero, por qué el dinero no sólo "hace girar el mundo" sino también por qué puede ocasionar su ruina en gran medida por el mantenimiento de mecanismos como el de los intereses que mantienen el dinero en circulación y que están detrás de la economía libre de mercado. Y, es precisamente, la transformación de estos mecanismos, en un medio más idóneo para mantener en circulación el dinero, es la que Margrit Kennedy propone para su implementación en la economía. Como ella apunta, "el propósito del libro no es señalar errores sino rectificar algunos conceptos y demostrar que existe la posibilidad de un cambio" y que "todas las personas que utilizan dinero puedan entender lo que está en juego." Margrit Kennedy demuestra cómo el cambio hacia un nuevo sistema monetario crearía "una situación provechosa para todo el mundo", contribuyendo al desarrollo de una economía sustentable. La última pregunta que se plantea es si podremos lograr el cambio del sistema monetario actual antes que se produzca su colapso.

Margrit Kennedy


26 de junio de 2015

Nosotros y ellos en el Mundo 3.0.

En este último capítulo del libro, Nosotros y ellos en el Mundo 3.0., Pankaj Ghemawat habla "cómo replantear nuestras propias relaciones con el resto del mundo." La posibilidad de "ganancias adicionales" derivadas del hecho de abrirse depende de la tolerancia a la apertura. Desafortunadamente, como afirma el autor, aún estamos muy lejos de abrirnos a los demás: "En realidad, como sugiere este capítulo, la distancia moldea nuestra emociones y relaciones personales mucho más de lo que habitualmente pensamos. Como han advertido los filósofos desde tiempos inmemoriables, tenemos una propensión a relacionarnos, confiar y preocuparnos más por aquellas personas que están más próximas a nosotros: a medida que la distancia aumenta la capacidad de conexión entre los seres humanos disminuye." Precisamente, reconocer esa sensibilidad a la distancia y reducirla es un paso importante "para tomar más conciencia de los beneficios que aporta el Mundo 3.0."

La noción de sensibilidad a la distancia apareció en la obra del filósofo estoico, Hierodes, antes que fuera recogida por el físico Isaac Newton en su ley de la gravedad universal.
El término que mejor describe la distancia, que Hierocles deseaba que redujéramos, es la distancia psíquica. La distancia psíquica se refiere a la distancia subjetiva o percibida entre dos personas, es decir, "no a una distancia objetiva y real, aunque los investigadores con frecuencia la han analizado en función de parámetros objetivos." Su campo de acción se ha ampliado, "hasta el punto de que llega a incluir al menos las dimensiones económica y cultural del marco CAGE, incorpora con frecuencia también las diferencias administrativas y en ocasiones, añade incluso los factores geográficos."  Pankaj Ghemawat prefiere reducir todas las dimensiones CAGE a una única categoría de distancia: el grado de desapego emocional o compasión mantenido hacia una persona, un grupo o un lugar. Según el autor, nuestro compromiso hacia los otros, depende de la confianza, por un lado, y la compasión o la preocupación por los demás, por otro lado. Ambas dependen de la distancia. Respecto a la confianza, las relaciones bilaterales entre dos países disminuyen o aumentan con la "distancia geográfica, lingüística, religiosa, genética y somática", como también con otros factores como la capacidad de ingresos o el historial de guerras; El aumento de la confianza en las relaciones bilaterales entre dos países pueden aumentar el comercio, la inversión directa o la inversión de fondos. Respecto a nuestra capacidad para sentir compasión o preocuparnos por los demás, depende de la cobertura informativa de los desastres naturales: "al tiempo que es supervisado por la organización que nos proporciona las noticias, está presumiblemente sintonizada con nuestra voluntad de mostrar interés." Un estudio que analizo más de 5 mil desastres naturales sugiere que, desde el punto de vista de la cobertura mediática, la contabilidad de las muertes tiene un valor diferente: "cada muerto europeo valía 3 sudamericanos, 43 asiáticos, 45 africanos o 90 habitantes de las islas de Pacífico." Esta diferencia en la voluntad de prestar ayuda también se confirma cuando comparamos la aportación a los pobres nacionales con la aportación al desarrollo destinado al resto de los pobres del mundo. Según un informe de la OCDE, los 14 economías más desarrolladas gastaron más- 35.000 veces- en ayudas por cada persona pobre de su país que por cada extranjero pobre. ¿Por qué sucede este hecho? Para Pankaj Ghemawat es porque nuestras simpatías se muestran más sensibles a la distancia,"es decir, localizados, cuando se trata de la preocupación por los demás(cobertura informativa) y, especialmente, de ayuda."

Llegados a este punto, qué deberes y obligaciones tenemos para con personas que se encuentran a diferentes distancias de nosotros. Pankaj Ghemawat propone diferentes actitudes mentales que corresponden al Mundo 0.0., 1.0., 2.0. y 3.0., es decir, el comunitarismo, el nacionalismo, el cosmopolitismo y el cosmopolitismo enraizado, respectivamente. Se centra, principalmente en estas últimas mentalidades: el cosmopolitismo convencional relacionado con el Mundo 2.0. que aspira a un estado donde la distancia no tiene importancia y el cosmopolitismo enraizado con el Mundo 3.0. que reconoce la importancia de la distancia y "también su carácter esencialmente egocéntrico." Aquello que está cerca y lo lejos de nosotros depende de quiénes somos y dónde estamos. Empecemos por el cosmopolitismo convencional del Mundo 2.0. El proyecto cosmopolita es el que articula Hierocles: "trazar los círculos juntos de alguna manera hacia el centro." La filósofa Martha Nussbaum muestra una visión más contemporánea del cosmopolitismo. Define a un cosmopolita como "la persona cuya lealtad se debe a la comunidad mundial de seres humanos." Los auténticos cosmopolitas se esfuerzan por romper ese vínculo entre "los límites políticos y las opciones que la gente tiene en la vida, y centran sus esfuerzos en aliviar las condiciones vigentes en los países más pobres teniendo en cuenta la magnitud de las carencias económicas que allí existen." El filósofo Peter Singer ofrece un fundamento lógico al cosmopolitismo convencional a través de una imagen: el "estanque poco profundo." ¿De qué se trata? Lo describe así: "si uno ve que un niño se está ahogando en un estaque poco profundo y puede salvarlo sin ningún riesgo para la propia seguridad, sin más inconveniente que mojar y ensuciarse la ropa, debería saltar literalmente al rescate de ese niño." Por extensión, dado que aún existen situaciones críticas en el mundo, no deberíamos pensar en ninguna otra cosa hasta que esas necesidades básicas estuviesen satisfechas. El problema que plantea la imagen del estaque poco profundo, es que, seguramente, es un pozo sin fondo. Las dificultades son dos. Primero, el correspondiente a la ayuda, "nos percatamos de que el reto de una igualdad absoluta es sin duda muy inquietante." Segundo, concentramos nuestra energía en ayudar a personas muy pobres, que se encuentran muy lejos de nosotros, no coincide con la psicología del Mundo 0.0. y 1.0. que enfatizan la obligación de ayudar a la gente que está más cerca de nosotros. Al abordar esta problemática, otro filósofo, Kwane Anthony Appiah, "hace hincapié en las obligaciones locales además de las obligaciones hacia aquellas muy lejos de nosotros." La postura de Appiah es que tenemos obligaciones para con los extranjeros y también obligaciones con personas y comunidades que están próximas a nosotros. Appiah sugiere que "las conexiones profundas con personas y lugares específicos son necesarias para desarrollar una capacidad individual a fin de poder vivir una vida cosmopolita." El cosmopolitismo enraizado del Mundo 3.0., reconoce que el beneficio, que se obtiene de prestar atención ayuda a los demás es muy grande, especialmente, en los países más pobres. Responde a la ley de Zipf, "el principio de que se necesita más energía para conectarse con aquellas personas que se encuentran lejos que con los que están cerca de nosotros." A esto, añadir, según el autor, el hecho de que, "cuando intentamos ayudar a gente a quién no entendemos bien, el mal que hacemos es mayor que el bien que intentamos hacer." En el cosmopolitismo enraizado lo que debemos hacer y dónde hacerlo depende de dónde venimos y qué es lo que pretendemos conseguir. Para poder vivir el cosmopolitismo enraizado es necesario "que cambiemos nuestra propia predisposición mental" según Pankaj Ghemawat.

Pankaj Ghemawat describe tres etapas o pasos progresivos para relacionarse mejor con los demás a través de la distancia: conciencia, conocimiento y altruismo. En las tres etapas, se centra en cómo comprometerse con los otros y, en última instancia, aumentar la compasión con las personas que están lejos. Cada uno de estos componentes- conciencia, conocimiento y altruismo- serán necesarios para el desarrollo del cosmopolitismo enraizado.

El primer paso a dar es ser consciente. ¿A qué se refiere Pankaj Ghemawat? Se refiere a la falta de conocimiento acerca de nuestro país en el extranjero, que podría esperarse que fuese superior al conocimiento que tenemos acerca de los países extranjeros. Muchos ciudadanos disponen de información errónea sobre la participación de su país en el exterior. Y tienen unos conocimientos limitados de los países extranjeros. Aparte de averiguar sobre lo que sabemos o deberíamos saber más sobre los demás, "parece incluso más útil revisar cómo podríamos ser más conscientes de ello." Pankaj Ghemawat propone una herramienta- El protocolo de Actitud Global(GAP)- sobre nuestro grado de conocimiento sobre otros países y otras culturas. Con esta herramienta podemos conocer cuál es nuestro conocimiento acerca de otros países y otras culturas, es decir, si "somos razonablemente cosmopolitas y estamos relativamente bien informados." Como concluye el autor: "incluso aquellas personas que tienden a pensar que son relativamente urbanas, globales o sofisticadas, a menudo carecen de la clase de apertura que Lippman tenía en mente. La tecnología puede ayudarnos a aprender cosas acerca de pueblos y lugares remotos y a conectarnos con ellos, pero llegar a entender realmente a personas que se encuentran muy lejos de nosotros requiere a menudo que nos traslademos allí mentalmente y, si es posible, físicamente."

El segundo paso, después de la conciencia, es el nivel de conocimiento. El conocimiento requiere que se establezca algún tipo de intercambio entre personas. También, contactos y un compromiso a lo largo del tiempo. Para que se desarrolle la confianza, para posteriormente exista compasión, debe producirse una interacción entre personas de forma permanente. Para ampliar el conocimiento puede hacerse a través de: "Para muchas personas, un punto de partida más práctico es centrarse en aprender detalladamente todo lo relativo a un país o región extranjeros: conocer todo su historia y geografía y qué es lo que revelan sobre sus lazos con otros lugares; entender sus distancias internas y externas, e intentar empatizar con los problemas que la gente debe afrontar allí y recordar que, incluso en aquellos lugares que parecen idílicos desde lejos, la gente real que los habita tiene problemas concretos que merecen un respeto. Luego anima este contexto a través de la interacción y viaja con gente real, no sólo una vez, sino durante un período prolongado. "

Para alcanzar un cosmopolitismo enraizado, además de conciencia y conocimiento, se requiere un tercer componente, el altruismo. El altruismo nos ayuda a comprender a otras personas que están a una cierta distancia física y psicológica. La secuencia de conciencia- conocimiento- altruismo tenía como objetivo ayudarnos a avanzar en la dirección de abrirnos al resto del mundo. Nuestra atención debe ir dirigida a reducir la distancia interna a nivel individual, "en lugar de hacerlo a los niveles de país o negocio." ¿Por qué es necesario esta apertura? ¿Qué nos aporta? En primer lugar, "contiene numerosas atracciones posibles a nivel individual." Las personas biculturales/triculturales tienen el potencial de servir como conectores útiles "en organizaciones que cruzan las fronteras y salvan las distancias." Las "experiencias transfronterizas" contribuyen a enriquecer a las personas independientemente de los beneficios económicos y/o materiales. En segundo lugar, si un número suficiente de personas amplía su capacidad de empatía se podría hacer frente a una serie de desafíos: "la amenaza del proteccionismo, las oleadas de sentimiento antiinmigración, las tensiones en las relaciones entre Estados Unidos y China, el riesgo de que los más pobres entre nosotros, particularmente en África, puedan quedar aún más rezagados, etc." Aunque estos desafíos pueden acabar desapareciendo, la necesidad de promover más "compromiso y compasión transfronteriza" estará allí. De ahí, que hemos de estar atentos a un regreso al Mundo 0.0. o al Mundo 1.0. Puesto que podríamos regresar a ellos en cualquier momento. Por otro lado, la cooperación global puede ayudar a la apertura hacia los otros.

Durante el transcurso del libro, Pankaj Ghemawat ha propuesto un cambio de actitudes de los lectores respecto a la globalización: "a liberarse de los mitos que producen una enorme cantidad de orientaciones erróneas, a entender sus beneficios y costes auténticos y a que presionen para conseguir una mayor apertura y un poco de regulación, pero sólo en la medida de lo necesario." Construyendo puentes de diálogo "a través de la distancia cultural, administrativa, geográfica y económica." para llegar a liberar todo el potencial del Mundo 3.0. Finaliza el autor, afirmando: "Cuando conquistamos los miedos irracionales y no permitimos que se disparen los excesos de los errores del mercado, podemos salir al mundo y mejorar las posibilidades para nosotros y el resto de la humanidad. Y esta visión es la promesa del Mundo 3.0."

pankaj ghemawat Mundo 3.0.

19 de junio de 2015

Los negocios en el Mundo 3.0.

Los directivos de empresa tienden a situarse entre los defensores del Mundo 2.0. "debido a las aparentemente ilimitadas oportunidades de beneficios que promete." Pero, cuando se estrellan contra la semiglobalización, "los resultados son decepcionantes". Entonces, Pankaj Ghemawat propone para las empresas "pensar diferente". ¿En qué consiste "pensar diferente"? "No sólo pensar de otro modo, sino pensar diferente en el sentido de volverse más sensible a las diferencias locales y acogerlas con auténtico entusiasmo." Para la mayoría de las empresas, pensar diferente implica reestructurar su estrategia global empresarial. Superar la mentalidad del Mundo 2.0, en la que se subestima las diferencias y en la que se falta el respeto a la soberanía de los países, es crucial para encauzar esta reestructuración. El cambio hacia una mentalidad Mundo 3.0. puede ayudar a no cometer estos errores. Si las empresas respetan las diferencias, "mejorarán su rendimiento de manera que también contribuirán mejor a la sociedad en general, promoviendo un clima de mayor confianza y seguridad que pueda allanar el camino hacia una mayor integración." Es fundamental elaborar una estrategia global empresarial que esté en consonancia con "una persistente semiglobalización y con la ley de la distancia." 

Es poco improbable que desaparezca las diferencias entre los países. En primer lugar, la crisis económica ha acelerado el cambio hacia mercados emergentes, especialmente asiáticos. En segundo lugar, los gobiernos están participando más activamente en las economías nacionales. Y, en tercer lugar, el proteccionismo sigue ahí. Y, puede utilizarse. Las prioridades de los empresarios deberían ser un mayor control sobre las diferencias entre países y las distancias entre ellos. La exploración de las diferentes clases de distancia y de las diferencias entre países debe hacerse bajo el marco CAGE.

Reconocer las distancias y las diferencias entre los países supone no adoptar un enfoque imperialista "para globalizar los negocios." Abandonar este enfoque es dejar de expansionarse "buscando extender su esfera de acción a todos los rincones del mundo y engullendo en el proceso la mayor cantidad posible de activos extranjeros." La globalización conlleva riesgos cuando acumulas activos. También, es poco probable que consideremos la ubicuidad- competir en todas partes- como un objetivo en sí. A medida que las empresas se vuelvan más conscientes y más sensibles de las diferencias entre países y se alejan de una mentalidad basada en el crecimiento. Evitar el imperialismo del mercado coincide con otros cambios estratégicos en la expansión global que pase y no se limite "a esperar a estallar allí y dominar, ni tampoco pueden prosperar persistiendo en la práctica de dirigirse a las élites locales y urbanas. Estas empresas, en cambio, necesitarán prestar atención seriamente a los competidores locales y pensar en extender su presencia a las ciudades secundarias." Frenar este menosprecio hacia "esas escalas menores de mercado", puede ayudar a contener el proteccionismo y reforzar el apoyo a una mayor integración del mercado. Prescindir del imperialismo de mercado puede redundar en la mejora de la reputación de las empresas.

Redefinir la globalización a través de la adopción de tres tipos de estrategias: estrategias de adaptación, estrategias de agregación y estrategias de arbitraje para hacer frente a un mundo semiglobalizado donde las diferencias aún son importantes. ¿En qué consisten estas estrategias? Las estrategias de adaptación intentan adaptarse a las diferencias a través de los países. Las estrategias de agregación tratan de superar las diferencias entre los países para conseguir economías de escala que se extiendan por las fronteras nacionales. Y, las estrategias de arbitraje buscan explotar las diferencias. Las tres triples estrategias AAA, teniendo en cuenta su orientación centrada en las diferencias, son un conjunto de estrategias aplicables a las empresas en la definición y en la dirección hacia un Mundo 3.0.

Las empresas deben modelar también las distancias y los flujos dentro de las fronteras nacionales. Muy específicamente, 4 tipos de flujos: productos, personas, información y capital. Con la finalidad de "pensar en términos tanto de la reconfiguración  de las distancias internas entre o dentro de los países como ajustar la facilidad o dificultad con la que pueden recorrerse." Las empresas están reduciendo la distancia interna en el ámbito de la producción mediante la adaptación de la automatización de las diferentes fábricas en los países, especialmente, de salarios bajos. Esta baja automatización- desautomatización selectiva- también "dice algo acerca de cómo están cambiando los flujos de innovación y conocimiento." Debería dejarse atrás, el modelo de "primero en casa" que las multinacionales han utilizado para "organizar la innovación." La innovación para los mercados emergentes debe ir de la mano de un modelo de negocio diferenciado de los mercados tradicionales de las multinacionales.

Respecto al I+D+I debe relacionarse con la formación de las personas y las estrategias de mercado. La mano de obra está creciendo en los mercados emergentes y se prevé que habrá déficits de ingenieros y personal técnico. De manera que muchas empresas trasladan su I+D a los mercados emergentes. A esos cambios, añadir que la mayoría de los directivos de empresas suele ser del país de origen o bien no saben cómo sacar partido a la red de comunicaciones. Las empresas podrían aprovechar más la tecnología para mejorar la comunicación interna de las empresas. El avance más significativo, será el cambio en el centro de gravedad de las grandes empresas hacia los mercados emergentes más importantes. En resumen, los directivos de empresa necesitan prestar más atención a la distancia interna entre y dentro de los países y asegurarse que "las organizaciones y operaciones se configuren de manera que apoyen las estrategias de sus compañías."

Pensar más allá del mercado. Si existen fallos de mercado en el Mundo 3.0., "las compañías necesitan asumir una visión más amplia de las implicaciones que tienen sus acciones para la sociedad en su conjunto." La crisis económica ha contribuido a deteriorar la reputación de las empresas. La mayoría de la población considera que las empresas no contribuyen al bienestar de la sociedad. Esta desconfianza puede alentar el proteccionismo y llevarnos de vuelta al Mundo 1.0. El proteccionismo "florece cuando la confianza en los negocios asume una creciente importancia considerando el valor que tiene impulsar la apertura." La falta de reputación puede llegar a ser letal para las empresas. Deben volverse hacia la comunicación, "en lugar de colocar los mercados en un pedestal." Las empresas deben ser sensibles hacia las diferencias "reguladoras, legales, políticas, sociales y culturales" de los países. Los líderes empresariales deben influir a favor de una mayor apertura a los mercados "de una manera creíble en los actores ajenos" a estos mercados. Además, los negocios deben dirigirse al público en general. Deberían priorizar cómo responder a las preocupaciones sociales y ambientales, incluyendo aquellas relacionadas con la globalización.

Si los gobiernos implementan políticas favorables a los negocios, la posibilidad de alcanzar una mayor prosperidad es "una perspectiva real." La mayoría de las empresas tienen un largo recorrido antes de llegar al Mundo 3.0. Deben dejar atrás, "mapas mentales limitados y una retórica basada en el Mundo 2.0." Deben guardarse la tentación de volverse hacia atrás y replegarse al Mundo 1.0.





15 de junio de 2015

Hacia el Mundo 3.0

Con este capítulo, hacia el Mundo 3.0, iniciamos la tercera parte del libro Mundo 3.0 de Pankaj Ghemawat. En esta tercera parte del libro, las opciones, se va a centrar básicamente en el desarrollo de la cosmovisión del Mundo 3.0. En otras palabras, cómo se concibe los países y los negocios en el Mundo 3.0, nuestra relación con los otros, y cómo llegar a ese Mundo 3.0. En este capítulo, hacia el Mundo 3.0, vamos a explorar más sobre el Mundo 3.0, centrándonos en una serie de debates entorno a las dimensiones del Mundo 3.0, relacionadas con la integración transfronteriza "porque es en ella donde parecen residir los beneficios potenciales", y con la regulación. Además del diseño de mapas mentales del Mundo 3.0 que nos permita navegar por él y resulte útiles a países, negocios o individuos.

Hasta ahora, se ha explorado los beneficios potenciales de una mayor apertura económica así como los problemas de la globalización. En el transcurso de este capítulo, se va a hablar sobre el debate "acerca de la regulación y el modo en el que ha sido y no ha sido globalizado" entre la Escuela de Harvard y la Escuela de Chicago. Por su parte, Pankaj Ghemawat ofrece seis propuestas de cómo gestionar la regulación de los mercados y su integración transfronteriza.

El reconocimiento de los fallos del mercado y de los problemas que la concentración podría provocar ha dominado durante décadas las discusiones de la política pública en Estados Unidos. En el tablero, estaban dos escuelas de economía enfrentadas: la Escuela de Harvard y la Escuela de Chicago. La Escuela de Chicago creía en "la eficacia del libre mercado como un medio de organizar los recursos, y mostrarse escépticos con respecto a la intervención del Estado en los asuntos económicos." El gobierno debía fijar y sostener "un índice de crecimiento estable del suministro de dinero" y hacer cumplir los derechos de propiedad. No debía tocar la economía. En el ámbito de la microeconomía, la Escuela de Chicago estaba más preocupada por los costes de los fallos de mercados y por las distorsiones del mercado impuestos por los gobiernos, que por los fallos de mercados en sí y por la regulación de estos últimos. En cambio, la Escuela de Chicago estaba preocupada por los fallos de mercado y defendía la intervención del gobierno para corregir esos fallos porque podrían persistir sino se intervenía. La Escuela de Chicago muestra una tendencia favorables a los negocios mientras que la Escuela de Harvard muestra interés por el consumidor. Era favorable a contemplar las intervenciones del gobierno "como una forma de controlar los negocios, especialmente los grandes, y Chicago no."

En la segunda parte de este libro, Pankaj Ghemawat analiza "las respuestas reguladoras y no reguladoras a una variedad de miedos y fallos de mercado, centrándose en la gestión de los efectos de más integración transfronteriza." El objetivo no era sólo realizar recomendaciones sino también explorar el nexo de unión entre los fallos del mercado y la integración de los mercados. En este capítulo, Hacia el Mundo 3.0., Pankaj Ghemawat presenta 6 propuestas "acerca del nexo entre los  miedos y los fallos del mercado y la integración del mismo, unas propuestas relativas a cómo gestionar el Mundo 3.0." Estas propuestas son:
1- Los miedos y fallos del mercado deben ser incorporados a los análisis de la integración. Hay que tomarse en serio los miedos y fallos del mercado en el análisis de la integración transfronteriza.
2- La integración transfronteriza de los mercados ayuda a menudo a corregir los fallos del mercado en lugar de combinarlos. Esta propuesta asocia la integración transfronteriza con la desregulación, y, consecuentemente se preocupa por los fallos del mercado relacionados con la globalización. Una mayor apertura puede sustituir la regulación de los mercados.
3- La integración tiene un efecto insignificante sobre los fallos del mercado y no debería ser restringido.
4- Cuando la integración amenaza con agravar los fallos del mercado, hay que mezclar y combinar políticas para intentar preservar algunos de los beneficios de abrirse al tiempo que se atenúan los efectos adversos.
5- La sensibilidad a la distancia está inversamente relacionada con las iniciativas integradoras y reguladoras.
6- Las grandes oportunidades de integración las podemos encontrar tanto dentro de las fronteras nacionales como a través de ellas.

Pankaj Ghemawat Mundo 3.0

8 de junio de 2015

Séptimo fallo de mercado en la integración transfronteriza: la homogeneización global

En el anterior capítulo, la opresión global, se ha expuesto los miedos políticos sobre la globalización. En este capítulo, la homogeneización global, vamos a hablar de los miedos culturales sobre la globalización. 

La globalización se percibe "como una invasión de la cultura consumista estadounidense homogeneizada que parte por la mitad las culturas locales auténticas." Sin embargo, Pankaj Ghemawat matiza esta afirmación: "Hasta cierto punto, puede que en las últimas décadas las barreras culturales nacionales hayan caído, pero siguen siendo extremadamente importantes, y seguirán siéndolo. Y no sólo hablamos de gastronomía y ocio, sino también de aspectos culturales profundos que en su aspecto más positivo hace de nuestro hogar un lugar de comodidad y pertenencia, y en el más negativo se traducen en parroquialismo, etnocentrismo y racismo." La mentalidad del Mundo 2.0 tiende a igualar la globalización mediante la homogeneización o la convergencia cultural. Por contraposición, a la del Mundo 3.0, en el que las culturas no convergen pero tampoco son totalmente impermeables. Obviamente, puede existir casos donde una creciente apertura sí puede representar una amenaza cultural. Pero, también deja claro que la resistencia cultural a la apertura refleja más un miedo "a lo extranjero" que un análisis de sus costes y beneficios culturales. 

Estudios sistemáticos han revelado "la resistencia de las diferencias culturales." Aunque la modernización ha significado un enorme cambio cultural, "los valores subyacentes siguen permaneciendo intactos." Los valores tradicionales también pueden surgir incluso después de que la modernización, la globalización y el desarrollo económico parezcan haberlos eliminado. Los detractores de la globalización señalan la destrucción de las culturas tradicionales y la imposición de la homogeneización: "Los nacionalistas europeos temen a los burócratas de Bruselas, que se supone que están arrinconando las culturas nacionales para favorecer una identidad europea. Los europeos, los nacionalistas islámicos y otros temen a las culturas nacionales hegemónicas, en especial la de Estados Unidos. Muchos anticorporacionistas que creen en el Mundo 1.0 temen a las multinacionales como Coca-Cola o Mc Donald's, aduciendo que intentan seducir a los consumidores para que adopten un único estilo de vida global, superficial y muy poco saludable. Y de forma tal vez más amplia, los teóricos poscolonialistas temen que los conceptos y las costumbres occidentales estén ejerciendo una especie de poder imperialista marginando tras una máscara de universidad." Pero, para Pankaj Ghemawat detrás de estos "villanos", que están detrás de la crisis y decadencia de las culturas tradicionales o nacionales, se esconde otra cosa: "Europa, como observamos en el capítulo anterior, quizá se ha unido más en los últimos años, pero la unificación ha engendrado también contramovimientos separatistas locales en lugares como Kosovo y Cataluña. Y a pesar de todo su supuesto poder, el consumismo impulsado por las grandes corporaciones, el imperialismo cultural y la homogeneización han demostrado distar mucho de resultar aplastantes." Aunque, con la apertura de las fronteras, ciertamente el imperialismo cultural y la homogeneización son visibles hasta cierto punto, no son ni de lejos "tan pronunciados como creen los detractores de la globalización."

¿Qué beneficios y pérdidas culturales trae la globalización? Empecemos por los beneficios. Existen importantes beneficios culturales si nos abrimos al mundo. Tyler Cowen ha sugerido como el intercambio cultural ha fomentado la innovación cultural, "multiplicando el número de posibilidades culturales disponibles." ¿Cuáles son esas estrategias de innovación cultural? Básicamente, habla de 4: la inspiración, la mezcla, el trasplante más adaptación y la transnacionalización de culturas. Más allá de la innovación cultural, la apertura aporta otros beneficios como la difusión de nuevas tecnologías, conocimientos e ideas. En un contexto cultural, la difusión ayuda a conservar "lo que se está difundiendo." Respecto a las pérdidas culturales. La apertura parece exponer a ciertas culturas a la extinción,"en especial las pequeñas y económicamente marginales que suelen existir a nivel subnacional." Pero hay aspectos de las culturas amenazadas que pueden ser "más robustos que otros" como la gastronomía y la música que tienen "el potencial de alcanzar un estatus de nicho, contribuyendo, aunque sea en una escala muy pequeña, a la variedad de opciones variables. En tales casos, ciertos tipos de conexiones con el mundo exterior- por ejemplo, el comercio- pueden ayudar a preservar o incluso a revitalizar una cultura tradicional." La lengua es más difícil "porque está sujeta a externalidades de red, de modo que su valor cae rápidamente a medida que lo hace su número de hablantes." En resumen, la globalización aporta tanto beneficios como pérdidas culturales que deben ser sopesadas con detenimiento. Y, como concluye Pankaj Ghemawat en una parábola, "en la literatura sánscrita encontramos el cuento de una rana que vivía dentro de un pozo y que no había salido nunca de sus límites. Dicho de otro modo, toda la visión del mundo de la rana tenía que ver con el pozo, y desconfiaba de la vida en el exterior. Esta parábola con moraleja sugiere que la reclusión nos empobrece como seres humanos y que tener una visión más amplia del mundo es intrínsecamente enriquecedor." Y añade: "vale la pena que la diversidad y la diferencia se alimenten por derecho propio."

A pesar de los beneficios potenciales del intercambio cultural, la mayoría de nosotros tenemos preferencias culturales que no van a desaparecer por efecto de la globalización. Estas preferencias culturales son el resultado de "diferencias en valores" difíciles de cambiar. Encontramos países con poco sentimiento de superioridad cultural, y otros que tienen una fuerte percepción de superioridad cultural y miedo a los extranjeros. ¿Cómo se traduce estos datos? Si la gente piensa que su cultura es realmente superior, cabría esperar que no sintieran la necesidad de protegerla. El bienestar económico así como la (in)seguridad cultura influyen en esta percepción. Es difícil analizar directamente el miedo a los extranjeros y a sus culturas, pero lo podemos hacer indirectamente observando los niveles de confianza. La confianza cae cuando el índice GINI de desigualdad económica y la corrupción, crecen, y aumenta cuando las tasas de crecimiento económico, gasto en educación o niveles de democracia, crecen. Podemos conocer el nivel de confianza en los extranjeros a través de observar la "geografía de la confianza." ¿Cómo? Mediante las encuestas del Eurobarómetro, que miden la confianza entre los ciudadanos de distintos países, en especial dentro de Europa. Se realizan encuestas en dieciséis países de Europa Occidental que preguntaban a los ciudadanos si confiaban mucho en sus conciudadanos, en los ciudadanos de los otros quince países, y en los de algunos países del Este, Japón, Estados Unidos y China. Al pensar en la confianza, resulta útil ir más allá de la confianza en "nuestros conciudadanos" y en los extranjeros. La confianza puede estar sujeta a la ley de la distancia, como sugiere Pankaj Ghemawat, "en los términos del marco CAGE, el resto de los países nórdicos están muy cerca de Suecia, e incluso los países europeos no nórdicos están mucho más cerca que los países no europeos de la muestra, que son Japón, China y Estados Unidos." Resulta interesante echar un vistazo qué países nos merece confianza y qué países, no. Comprobar los niveles de confianza, confirma nuestros sesgos culturales lo que tiene "implicaciones administrativas y económicas concretas." En función de cuánta gente puede confiar en gente de otros países afecta de manera considerable a las relaciones transfronterizas. Si los niveles de confianza se incrementan, puede aumentar el comercio, la inversión directa, en fondos y en capital riesgo "en un 100% o más, incluso después de tener en cuenta otras características de los 2 países."

Como hemos visto, existe una mayor confianza en los propios conciudadanos que en los extranjeros, "y que muchos manifiestan miedos culturales muy arraigados." El miedo a los extranjeros, o xenofobia, ha de tomarse en serio. La xenofobia pudo tener un componente adaptativo o de supervivencia: Este miedo a los extranjeros "como portadores de enfermedades es la base de calumnias como "alimaña judía" y "cucaracha tutsi", además de conceptos como "limpieza étnica" como eufemismo de genocidio." La teoría del juego también ofrece explicaciones a la xenofobia, favoreciéndola o bien inhibiéndola: "La teoría del juego ofrece también racionalizaciones de la xenofobia o, a la inversa, favoritismo hacia los miembros del propio grupo. Entre las explicaciones más simples está que las interacciones con compañeros del propio grupo es más probable que se repitan que no que sean únicas, lo que facilita una cooperación basada en la reciprocidad. En ausencia de ninguna otra restricción podría tener sentido aprovecharse de los extranjeros, basándonos en la suposición de que no los volverás a ver nunca más." Todas éstas son explicaciones de por qué nuestros sesgos culturales contra los extranjeros están tan arraigados y por qué han de ser tenidos en cuenta. Hoy en día, la xenofobia o el etnocentrismo no son útiles ni adaptativos.

Dicho esto, Pankaj Ghemawat identifica una serie de pasos concretos para reducir "el factor miedo y aplanar el camino hacia una mayor apertura en el Mundo 3.0." Entre estos pasos se incluye una mayor educación; disminuir y contrarrestar el discurso negativo de la prensa y del discurso político sobre la inmigración; fomentar el contacto interpersonal entre culturas; creación de una "identidad social cosmopolita global"; potenciar el entendimiento intercultural en países con potencial económico pero con relaciones políticas tensas; animar al sector privado a involucrarse en tender puentes entre diferentes culturas.

En resumen, este capítulo se ha centrado en el temor que la globalización pueda destruir las culturas tradicionales. Empezando por descartar una serie de aspectos negativos asociados a la apertura cultural. Y, como el proceso de apertura puede traer beneficios reales gracias al contacto con gente de otras culturas. Este capítulo concluye examinando como el avance de la globalización provoca efectos negativos- como la xenofobia- y cómo podemos contrarrestarlos mediante medidas que ayuden a neutralizarla.
Pankaj Ghemawat

3 de junio de 2015

Sexto fallo de mercado en la integración transfronteriza: la opresión global

En capítulos anteriores del libro, Pankaj Ghemawat había hablado sobre las "disfunciones económicas" relacionadas con la globalización y una mayor apertura. Como la concentración global y las desigualdades globales "pueden ocurrir, pero también que no son ni de lejos tan perjudiciales como sugiere la percepción popular, y que hay maneras de que los gobiernos nacionales pueden gestionarlos, mientras siguen buscando una mayor apertura." Obviamente, no todos los miedos a la apertura tienen que ver con las disfunciones del mercado. En este capítulo, la opresión global, Pankaj Ghemawat examina varios miedos sobre el impacto político de la globalización y como la libertad nos puede impulsar hacia el Mundo 3.0. El capítulo finaliza examinando qué hay detrás de "las distintas quejas políticas sobre la globalización." 

"¿No está Estados Unidos apoderándose del mundo?" o "¿No podría ser la globalización una simple manera más de llamar al imperio y la hegemonía transnacionales norteamericanas ejercidos tanto a nivel militar como empresarial?" ¿Qué hay detrás de estos miedos? Pankaj Ghemawat analiza y aporta algo de luz a estas cuestiones. Desde el punto de vista militar, después de la desaparición de la Unión Soviética, el poder militar se concentró más en las manos de Estados Unidos: "en 2009, Estados Unidos sumaba casi la mitad del gasto militar mundial total, aproximadamente siete veces el de China, que figuraba en segundo puesto." Pero tal poderío militar está limitado por su capacidad de provocar resultados deseados en la política exterior. También, la política nacional limita el uso de la fuerza estadounidense si no está en relación con sus intereses nacionales. Desde el punto de vista empresarial, hay dudas sobre si la globalización equivale a la "norteamericanización" o "a la hegemonía de Estados Unidos." No hay evidencias claras sobre si ahora las empresas estadounidenses son más prósperas y competentes globalmente. De hecho, ha habido un descenso, en las últimas décadas, en el número de empresas estadounidenses como en sus cuotas de mercado a nivel global. Desde el punto de vista financiero, la capacidad inversora internacional de Estados Unidos es "negativa y en declive." También, apunta en la misma dirección la capitalización de la cuota del mercado de valores. Por otro lado, la alternativa al dominio estadounidense, la tríada formada por Estados Unidos- Europa - Japón tampoco parece que sea viable ni razonable sobre todo si tenemos en cuenta el crecimiento de China y India. La concentración de comercio internacional y los flujos de inversión declinaron entre las economías más abiertas en las últimas décadas, mientras que sucedió justo lo contrario para las economías menos cerradas. De cara al futuro, el crecimiento de las economías china e india y de las economías emergentes desbancará a las economías de la tríada formada por EE.UU-Europa-Japón: "De hecho, lo que se predecía para 2050 es un cambio del dominio de Estados Unidos, Europa y Japón a una situación en lo que China y la India serán dos de las tres mayores economías mundiales. Eso nos devolverá aproximadamente a donde estábamos en 1820, cuando China y la India representaban casi la mitad de la economía mundial y el G7 sólo un cuarto. Y mientras la estatura de Estados Unidos como el superpoder solitario mundial se va erosionando, la sencilla aritmética de las distribuciones del PIB sugiere que ni China ni la India ni nadie más se levantará para ocupar su lugar en varias décadas futuras." El resultado de este cambio será el paso de la Pax Americana a la multipolaridad

De acuerdo a esto, no hay ningún país que pueda adueñarse del mundo gracias a la globalización. Pero, ¿y las multinacionales? ¿Existe una mayor concentración industrial a nivel global? Mientras que la concentración industrial en los mercados es una cuestión de poder, la superconcentración provoca preocupación "sobre el poder económico, social y político en un frente más amplio." Si comparamos los niveles globales de superconcentración con los niveles de concentración global de las industrias veremos que ha bajado a nivel mundial. Los gobiernos obligan a los negocios a cumplir todo tipo de normas como participantes en los mercados, "lo que incluye impuestos, subsidios, restricciones de precio/beneficio, requisitos de presentación de cuentas y otras regulaciones financieras, normativas sobre productos y de procesos de fabricación, requisitos de que los productos se fabriquen con ingredientes locales, normativas comerciales e industriales,...." Todas estas leyes las hacen los gobiernos. Las empresas pueden influenciar. Y su grado de influencia es muy limitado si se ciñen a los canales legales. En resumen, los tamaños de las empresas no tienen en cuenta la función del gobierno y su capacidad de legislar. También, ignora el papel de los gobiernos en los mercados como "resolver disputas sobre las normas, asegurar el riesgo del mercado, supervisar la inversión en Bolsa y hasta representar los intereses de sus empresas en organizaciones multilaterales como la OMC." La apertura puede impulsar la "vitalidad competitiva" poniendo coto a las relaciones entre los gobiernos y las empresas.

Los miedos a la globalización volvieron a aflorar con la caída de las economías de planificación central o en el caso de China en su conversión a la economía de mercado. Eso "creó falsas percepciones de un nuevo consenso sobre política económica." Y, en este contexto, "el Consenso de Washington, una serie de principios originalmente designados como paquete de reformas para los países en vías de desarrollo afectados por la crisis, hizó metástasis en una recomendación general de fundamentalismo de mercado para todos los países. Como escribió mi amigo y antiguo colega de Harvard Dani Rodrik en 2006, en el prestigioso Journal of Economic Literature, "estabilizar, privatizar y liberalizar" se convirtió en el mantra de toda una generación de tecnócratas." Este mismo autor, Dani Rodrik, aporta la noción del "Trilema político de Rodrik", según el cual "una fuerte integración económica internacional, o bien precisa que las naciones-Estado acepten recortes en su capacidad de legislar, lo que restringe las políticas de masas, o bien la política de masas ha de operar internacionalmente, dejando de lado la primacía de la nación-Estado." Dicho de otro modo, según Rodrik, los legisladores han de elegir dos de los tres objetivos- una fuerte integración económica internacional, naciones-Estado y política de masas, pero no los tres. O sea, la competencia global puede limitar "el espacio político disponible para los gobiernos." No obstante, como sugiere Pankaj Ghemawat, el trilema político de Rodrik "no es que no sea incorrecto; simplemente, en la mayoría de los aspectos no parece relevante" sobre todo si tenemos en cuenta que estamos en un mundo semiglobalizado.

Trilema de Rodrik


Entonces, ¿es la globalización mala para la democracia? La intuición apunta en dirección contraria, así como también, las pruebas. " De manera intuitiva, abrirse al exterior, en especial liberalizando los flujos de información y de ideas, debería asociarse con la apertura política en el interior. De hecho, autores tan distintos como Emmanuel Kant, Joseph Schumpeter, Friedrick Hayed y Niels Bohr identificaron una relación causal entre apertura y democracia. En palabras de Bohr, " la mejor arma de una dictadura es el secretismo, pero la mejor arma de una democracia ha de ser la de la apertura." El período reciente de globalización también ha visto una ampliación de la democracia: en 1975, sólo había 30 países donde se escogía democráticamente el gobierno, en 2010 ya eran 116: "Mas concretamente, y de formas que intentan llegar a los mecanismos subyacentes, los académicos apuntan a las experiencias de países de Europa Central  y del Este y de Sudamérica como prueba de la fuerte relación entre apertura y democracia." Esto sugiere que la eliminación de la democracia tienden a necesitar de un mayor control de las fronteras, mientras que una mayor apertura tiende a estimular la democracia y una mayor distribución del poder dentro de la sociedad. También, Pankaj Ghemawat establece una relación entre globalización y democracia, centrándose en los efectos del comercio y la inversión internacional. ¿Cómo puede la integración comercial y financiera promover la integración democrática, y viceversa? Los beneficios de la integración económica apoyan el crecimiento económico, "y sabemos que la democracia es más estable en países en los que la renta per cápita está por encima de los 3.000- 6.000 dólares." La integración financiera y la transparencia política también son complementarias. Además, hay que tener presente que la distancia geográfica condiciona la difusión de la democracia. Los estudios sobre la teoría del efecto dominó, según la cual, la implantación o eliminación en un país "infecta" a los países vecinos, aumentando o disminuyendo su propensión a adoptar la democracia. Pero, no es menos cierto que si un país está sujeto a un alto nivel de desigualdad, la democracia puede provocar una reacción contraria a la globalización al centrarse en la redistribución interna.

¿Una mayor integración transfronteriza podría promover conflictos transfronterizos? Los escenarios de todos los intervenciones militares estadounidenses entre 1990 y 2002 y su yuxtaposición con la implicación de países en conflictos en la OMC sugería que la implicación económica y los conflictos militares tienden a sustituirse: si no tienes lo uno, tienes lo otro. Si analizamos las guerras nos permite una mayor comprensión "de los problemas y las oportunidades." Aunque los conflictos militares han descendido de manera espectacular desde principios de la década de los 90, las guerras civiles siguen siendo más frecuentes. Los países pobres tienen una probabilidad mucho mayor que los países ricos de verse atrapados en conflictos armados. Estos conflictos internos son atribuidos a la globalización, aunque, como afirma, Pankaj Ghemawat, "cuando, de entrada, muchos de ellos no están demasiado integrados en la economía mundial, es ir demasiado lejos." Dicho esto, estos conflictos muchas veces sobrepasan las fronteras nacionales. Así, se calcula que el coste económico de los Estados fallidos es de hasta 270.000 millones de dólares al año. Buena parte de este coste se calcula que lo soportan "los países vecinos, ellos mismos también pobres, cuyos ingresos se ven mermados por el conflicto de la puerta de al lado." Éste es, en palabras de Pankaj Ghemawat, "un ejemplo de externalidad transfronteriza." Finalmente, buena parte de los conflictos están provocados por sentimientos nacionalistas más que por la globalización. El nacionalismo tiene tendencia a reavivarse en épocas de crisis o de incertidumbre económica: "Hay un estudio que sugiere que un descenso de un punto porcentual en la tasa de crecimiento se asocia, de manera aproximada, con un punto porcentual de más apoyo a los partidos de extrema derecha o nacionalistas de un país, y todavía más en los países en los que la renta está relativamente bien distribuida."

¿Qué hay detrás del surgimiento de estos movimientos independentistas? La aspiración de creación de nuevas naciones-Estado, que está detrás de muchos conflictos internos, también han sido asociadas a la globalización. Parece ser que la globalización "de los mercados va de la mano del separatismo." La idea es que en un mundo cerrado- Mundo 1.0-, los países grandes disfrutan de ventajas económicas sobre los países pequeños "porque las demarcaciones políticas determinan el tamaño del mercado." Pero, con un comercio más libre, los países más pequeños pueden "formar jurisdicciones políticas homogéneas que resultan económicamente viables." Aún así, la fragmentación no equivale a una "siempre creciente libertad."

En resumen, una mayor apertura mejora la política y ayuda a estimular el crecimiento, que históricamente ha tendido a dar "un mayor grado de justicia social, democracia, liberalización y respeto de los derechos humanos." Así, estas preocupaciones políticas no son motivo para poner freno a la globalización.
Pankaj Ghemawat Mundo 3.0