13 de abril de 2012

El despertar de la conciencia. ¿Quién sino todos nosotros?

En esta tercera entrega, vamos a sintetizar el segundo capítulo del libro Dinero y conciencia ¿A quién sirve mi dinero? que se titula El despertar de la conciencia ¿Quién sino todos nosotros?

Joan Antoni Melé apela al despertar de la conciencia. Ese despertar requiere de "quietud interior" y de "autoobservación". Descubrir, si en nuestra vida interior, están presentes tensiones, conflictos y contradicciones. Los problemas del "mundo exterior" son un reflejo de nuestros problemas internos y la única manera de resólverlos es resolviéndolos en nuestro interior.

¿Hacia dónde debe dirigirse ese despertar de la conciencia? Joan Antoni Melé nos propone unas líneas de acción:

En primer lugar, debe producirse una concienciación de la existencia del otro(s): el despertar de la conciencia social. Este proceso debe traducirse en una mayor sensibilización social.

En segundo lugar, debe cambiar la imagen del ser humano y de la vida. Si queremos cambiar el mundo, tenemos que cambiar la imagen que tenemos de él. El cambio debe operar en nuestro interior, en nuestra manera de percibir y relacionarnos con el mundo.


En tercer lugar, darnos cuenta de que el capitalismo es esencialmente una "ideología" pesimista.
La ideología de mercado tiene una visión pesimista del hombre. Adam Smith, padre del liberalismo económico, creía que el ser humano era egoísta y que nunca se podrá cambiar: "Y, como las cosas son así, como el ser humano siempre procurará lo mejor para sí mismo, lo mejor que se puede hacer es crear un ámbito donde este egoísmo se compense. Este ámbito recibirá el nombre de "mercado" y el egoísmo, los nombres de "competitividad" o "ley de la oferta y de la demanda".


Y, en cuarto lugar, hemos de combatir el darwinismo económico. El modelo de competición natural por la supervivencia se está aplicando a la economía capitalista.. Este modelo viene a decir: "Tú mira por lo tuyo, que cada cual se espabile como pueda, y que salga el sol por donde pueda". Si cada uno busca el máximo beneficio para sí mismo, el mercado regulará la competencia y se producirá el equilibrio social. Habrá una mano invisible que lo regulará todo. Pero, sabemos que no es cierto:  nosotros somos quienes actuamos en el mercado. La perversión del mercado la perpetramos todos al actuar competitivamente. Es un modelo perverso que se asienta en el miedo. Es ese miedo el que nos paraliza, nos genera desconfianza.

Joan Antoni Melé nos plantea un modelo económico alternativo al vigente:
- "¿Es posible otro modelo económico que no esté basado en el egoísmo? ¿Qué no esté basado en egoísmo sino en la conciencia global de lo que es el mundo, de lo que es la sociedad, no sólo yo sino de los otros seres humanos?
- "¿ Es posible un modelo basado en la conciencia y en la responsabilidad, en el que el centro de la economía no sea el beneficio tal como se enseña en las facultades de ciencias económicas y en las escuelas de negocios, sino que sea el ser humano?

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